Hemos reflexionado juntos ( qué hermosos espejos) para alinear nuestros objetivos con los verdaderos propósitos internos. También hemos sacudido nuestros personajes y tomado energía del aquí y ahora en nuestros cuerpos, depositarios también de la memoria original, para serenarnos y prepararnos de la mejor manera hacia este viaje .
Comprometidos con lo que prestamos energía y atención, hemos de ser conscientes de ello para poder ejercer nuestra libertad o hacer las paces con aquello con lo que ya estoy vinculado. De nuestra percepción de lo que sucede, depende el que podamos distinguir ( las veces que sean necesarias) cuales son los propósitos y objetivos falsos de los verdaderos antes de comprometernos con nosotros mismos o con los demás, por ello, reconociendo honestamente lo que sentimos ( y sin miedo a equivocarnos), nos dirigimos hacia el Portal de la Pureza en pos de encontrar la serenidad y la claridad necesarias para percibir así, lo que nos interesa de lo que no nos interesa. El objetivo de este Portal es para ponernos al servicio de nuestra semilla (plantada por la vida en nuestro interior) y que se manifieste de forma natural, siendo también capaces de alimentar su crecimiento creando las mejores condiciones para ello y reconociendo que lo esencial de la vida se da por sí mismo.
Con mucho agradecimiento y observando lo que se va reposando en mi interior después de este hermosos y aprovechado encuentro, os dejo con este texto hallado en el Camarote de un viejo Navío, que resume a la perfección el propósito e intención de esta Escuela de Navegación Interior:
Para caminar por este planeta nos hemos colocado un traje hecho de un cuerpo físico, de una imagen personal, de unas creencias y capacidades concretas, de distintas formas de reaccionar ante las situaciones y de ser afectados por ellas… Los trajes podrían ser intercambiables, y es absurdo sufrir por lo que le ocurre al personaje que representamos. Sin embargo, el disfraz nos atrapa hasta el punto de que nos hacemos uno con él: todo lo percibimos desde su punto de vista y empleamos la mayor parte de nuestras fuerzas en impedir que pueda resultar dañado y en procurar no cambiar. Identificados con la máscara somos muy frágiles, y tal es el caso general. Así, sufrimos como sufriría el personaje que representamos, sin ser capaces de salir de la obra de teatro largamente repetida. En realidad, somos bastante más flexibles e ilimitados de lo que permite el traje de cartón piedra que insistimos en no quitarnos nunca.
La Realidad es más amplia que nuestra razón
La Unidad se dividió para poder conocerse desde la separación. Este mundo es dualista; su ley es el eterno movimiento entre contrarios, y la razón -reina de esta cultura- funciona como un ordenador, con códigos binarios: sí/no, malo/bueno, o ésto o lo otro. Al confrontarse con la realidad aparecen las contradicciones, la paradoja… que es tal sólo para la razón; desde la comprensión no racional todo encaja como un rompecabezas de infinitas dimensiones. Si la mente analítica, medida y límite de las cosas, ocupa el lugar central -consciente- en el trato con todo, un primer paso para ir más allá será retornar al cuerpo, a una percepción más de sensaciones que de pensamientos. Esto nos devuelve a la Naturaleza, a la Madre de nuestra raza, y permite disolver la separación que percibimos entre el yo y lo otro, acercándonos a una visión mágica y amorosa donde la Vida impregna todo.
El siguiente paso consistirá en desligarse del personaje habitual -aprendiendo a identificarnos con el auténtico Uno Mismo-, y tener la oportunidad de reconocer los obstáculos que nos impiden llegar a ese Centro de nosotros mismos, encontrando las claves para ir apartándolos.
Objetivos
La intención del taller es crear un espacio propicio para que cada participante prescinda de sus rutinas de pensamiento y acción y pueda ir más allá de los límites impuestos por su propio personaje, aprendiendo, entre otras cosas, a encontrar una auténtica serenidad interior. Para ello nos serviremos de herramientas procedentes de distintas escuelas psicológicas (dinámicas de grupo, juegos conscientes, trabajos corporales, técnicas de la Escuela de Navegantes…), de la Tradición (Meditación -estática y dinámica-, respiración, Yoga Kundalini, el arte del desatino controlado…) y la supervisión constante de los participantes, para evitar que la atención se gaste en el rutinario diálogo interno impidiendo el Darse Cuenta que buscamos. Además, cada participante tendrá encuentros particulares con los monitores, para resolver las cuestiones del propio proceso personal -y transpersonal (espiritual).
Cursos en:
Asturias / Cantabria / Comunidad Valenciana / Ibiza / Madrid
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